¡10 palabras interesantes que aprendí en inglés este año!
Como se acerca el fin del año se me ha ocurrido que es interesante reflexionar sobre mis estudios de inglés en Cambridge House English Schools.
Este año, uno de los ejercicios que más me hizo pensar no fue gramatical ni de pronunciación. Fue algo tan sencillo como escribir una redacción sobre 10 palabras en inglés que aprendí este año y cómo usarlas. A primera vista parecía un trabajo simple, pero pronto descubrí que implicaba mucho más que traducir y formar oraciones.
Al comenzar, tuve que hacer memoria: ¿qué palabras nuevas había aprendido realmente este año? Me sorprendió ver cuántas había recogido de canciones, series, artículos y conversaciones casuales. No eran solo palabras académicas, sino términos que reflejan cultura, emociones y situaciones cotidianas.
Algunas que seleccioné fueron:
resilient, awkward, overwhelmed, deadline, cringe, mindset, feedback,
improve, schedule y reliable.
La parte más interesante fue pensar en cómo había usado (o podía usar) esas palabras. Por ejemplo, resilient me recordó cuánto había crecido emocionalmente este año. Awkward me hizo reír al pensar en momentos incómodos en conversaciones con hablantes nativos. Deadline me conectó con mi vida universitaria, llena de fechas límite. Cada palabra traía consigo una pequeña historia, una situación vivida o imaginada. Hacer esto es la mejor manera de recordar nuevas palabras aprendidas – tienen que tener algo que ver con tu vida y así lo vas a usar y recordarlas bien ¿verdad? ¿Por qué aprender 7 diferentes maneras de decir nieve si vives en el sur de España? ¡Ja ja! Tienen que tener algo que ver con tu propia vida.
También me di cuenta de que no basta con saber qué significa una palabra: hay que saber cuándo y cómo usarla. Aprender a usar cringe en contexto, por ejemplo, me ayudó a entender mejor los memes y expresiones juveniles. Y feedback me permitió participar más activamente en ambientes colaborativos.
Escribir esta redacción fue como repasar el año desde una perspectiva lingüística y emocional. Me ayudó a valorar el proceso de aprendizaje del idioma como algo vivo, lleno de experiencias personales. No se trató solo de memorizar vocabulario, sino de entender cómo el idioma forma parte de mi día a día y cómo refleja quién soy y quién quiero ser.
Al final, entendí que aprender palabras nuevas es también aprender a expresarme mejor, a entenderme y a conectar con los demás. Y eso, para mí, vale más que cualquier examen.
