El “linguistic supersizing” es un fenómeno fascinante que ha cobrado cada vez más relevancia en el ámbito lingüístico, especialmente en el idioma inglés. Se refiere al uso de palabras y frases que son excesivamente largas o complejas, a menudo innecesariamente, con el fin de enfatizar o impresionar al oyente o lector. En este blog, exploraremos este fenómeno en profundidad, examinando sus causas, consecuencias y ejemplos destacados. Hoy en día no solamente se oye hablar de ‘storms’ ( tormentas) pero en los medios se hable de ‘Frankenstorms’ – un juego de palabras mezclando storm y Frankenstein. En las conversaciones modernas es muy frecuente escuchar el sufijo ‘mega-‘ y todo es ‘awesome’.

No cabe duda de que al idioma inglés le encanta los extremo pero ¿por qué ocurre el “linguistic supersizing”? Una de las razones principales detrás del “linguistic supersizing” es la búsqueda de prestigio o autoridad. Algunas personas tienden a utilizar un lenguaje complicado o rebuscado para demostrar su conocimiento o dominio de un tema en particular. Además, en un mundo donde la comunicación efectiva es clave, el uso de palabras grandes puede ser percibido como una muestra de inteligencia o sofisticación. Otro termino para describir este fenómeno es ‘hyperbole’ que tiene sus orígenes en el siglo 16 refiriéndose a excesos de lenguaje, exageración a propósito para causar un efecto, aunque en griego su significado es solamente ‘exceso’.

¿Cuáles son las consecuencias del “linguistic supersizing¨? El “linguistic supersizing” puede tener varias consecuencias negativas. En primer lugar, puede dificultar la comprensión para aquellos que no están familiarizados con el vocabulario utilizado. Esto puede crear barreras en la comunicación y marginar a ciertos grupos de personas. Además, el uso excesivo de palabras complejas puede hacer que el mensaje sea menos claro y efectivo, lo que va en contra del propósito principal de la comunicación.

Ejemplos destacados: Un ejemplo clásico de “linguistic supersizing” es el uso de jerga técnica o académica en contextos donde no es necesario. Por ejemplo, en lugar de decir “complejo de apartamentos”, alguien podría decir “conjunto habitacional residencial multifamiliar”. Esta forma de expresarse puede resultar confusa o incluso intimidante para algunos oyentes o lectores.

Otro ejemplo común es el uso de palabras rebuscadas o arcaicas cuando términos más simples y directos podrían funcionar igual de bien. Por ejemplo, en lugar de decir “big”, alguien podría optar por “collosal” o “titanic”. Aunque estas palabras pueden sonar impresionantes, pueden ser innecesarias y dificultar la comprensión. Los ‘heros’ ya no son simplemente ‘heros’ pero son ‘superheroes’ ; el idioma pierde su fuerza cuando todo es ‘uber’ y ‘over’. El ex presidente Trump se quedó sin más posibilidades al decir que las relaciones entre su país y el Reino Unido habían llegado al ‘highest level of special’, quería ir a más pero ¡imposible!

En conclusión, el “linguistic supersizing” es un fenómeno interesante que refleja las complejidades y contradicciones del lenguaje humano. Si bien puede ser utilizado con la intención de impresionar o destacar, también puede tener efectos negativos en la comunicación y la comprensión. Y además si decimos que somos ‘sweltering’ en lugar de ‘hot’ o ‘very hot’ lo curioso es que notamos que tenemos incluso ¡más calor! Como comunicadores, es importante ser conscientes de cómo utilizamos el lenguaje y asegurarnos de que nuestro mensaje sea claro y accesible para todos. En última instancia, la calidad de la comunicación no está determinada por la complejidad de las palabras utilizadas, sino por la claridad y efectividad con la que se transmite el mensaje.

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