Ah, aprender un nuevo idioma. Es una de esas metas que todos nos proponemos en algún momento, ya sea por trabajo, por amor, o simplemente para impresionar a nuestros amigos en las reuniones. Pero, ¿alguna vez te has preguntado cuál es el Mount Everest de los idiomas? Ese que, cuando lo mencionas, la gente te mira con una mezcla de admiración y horror, como si estuvieras a punto de domesticar un dragón. Vamos a descubrir juntos cuál es ese idioma y por qué es tan endemoniadamente difícil de aprender.

Mandarin Chinese? (the tone changes the meaning!)

El Chino Mandarín es un candidato que siempre encabeza la lista. ¿Por qué? Bueno, para empezar, tiene más tonos que una paleta de colores Pantone. Los tonos en el mandarín cambian el significado de las palabras, así que podrías estar diciendo “mamá” o “caballo” dependiendo de cómo uses tu voz. Pero espera, ¡hay más! Los caracteres chinos son un mundo aparte. Hay miles de ellos, y no se parecen en nada a las letras que conocemos. Es como si intentaras aprender un sistema de jeroglíficos egipcios, pero más complicado. ¿Y la gramática? Es tan diferente que te hará replantearte todo lo que sabes sobre cómo construir una oración. Así que sí, el mandarín es como esa montaña rusa gigante que parece divertida desde lejos, pero aterradora cuando te subes.

Arabic? (the art of writing back to front!)

El Árabe es otro idioma que te hará sudar la gota gorda. Para empezar, su escritura se hace de derecha a izquierda, lo cual ya es un buen reto si toda tu vida has leído y escrito de izquierda a derecha. Luego está el alfabeto árabe, que tiene 28 letras, pero espera, ¡cada letra tiene hasta cuatro formas diferentes dependiendo de su posición en la palabra! Es como un juego de transformación constante. Además, la gramática árabe tiene estructuras que pueden hacer que tu cerebro se retuerza un poco, como un twist (giro) de una novela de misterio. Los verbos se conjugan de formas que te harán agradecer cada lección de conjugación de tu idioma natal.

Hungarian: (Who said vowels are easy?!)

Ah, el Húngaro, un idioma que parece haber sido inventado por alguien con un gusto por los acertijos lingüísticos. Para empezar, tiene 18 casos gramaticales. Sí, has leído bien, 18. En comparación, el español tiene tres, y ya nos parecen suficientes. Además, la lengua húngara juega con las vocales de una manera que te hará sentir que estás en un videojuego tratando de desbloquear niveles secretos. Cambiar una vocal puede cambiar completamente el significado de una palabra, y si crees que la concordancia entre sujeto y verbo en otros idiomas es complicada, espera a ver cómo el húngaro maneja los sufijos.

Icelandic: (the old traditions)

El islandés es un idioma que no ha cambiado mucho desde los tiempos de los vikingos. Lo que significa que, si aprendes islandés, ¡podrías leer las sagas nórdicas en su idioma original! Pero aquí está el truco: la gramática islandesa es como una reliquia antigua que requiere mucho cuidado y estudio para ser comprendida. Tiene cuatro casos gramaticales y la flexión de palabras es tan compleja que podrías sentir que estás resolviendo un cubo de Rubik cada vez que intentas construir una frase. Además, la pronunciación es otro desafío. Algunas palabras islandesas parecen más hechizos mágicos que términos comunes.

Japanese : (3 alphabets are better than 1!)

El Japonés es el ganador en la categoría de “más alfabetos, más diversión”. Este idioma tiene tres sistemas de escritura: hiragana, katakana y kanji. Hiragana y katakana son más manejables, pero kanji es otra historia. Hay miles de caracteres kanji, cada uno con diferentes lecturas y significados, dependiendo del contexto. Además, la estructura gramatical japonesa es tan diferente a la de los idiomas occidentales que te sentirás como si estuvieras reprogramando tu cerebro. Ah, y no olvidemos los niveles de formalidad, que son esenciales para no ofender a nadie accidentalmente.

And the winner is ….

Entonces, ¿cuál es el idioma más difícil de aprender? La respuesta, como muchas cosas en la vida, depende. Depende de tu lengua materna, de tus experiencias previas, y de cuánta paciencia tengas para enfrentarte a tonos, casos gramaticales, y sistemas de escritura complicados. Sin embargo, lo que todos estos idiomas tienen en común es que aprenderlos no solo es un desafío, sino también una recompensa. Dominar cualquiera de estos lenguajes te convertirá en un verdadero polyglot warrior (guerrero políglota).

Así que, si te atreves a enfrentarte a uno de estos gigantes lingüísticos, prepárate para una montaña rusa de emociones, desafíos, y, al final, la increíble satisfacción de haber conquistado uno de los idiomas más difíciles del mundo. ¡Buena suerte! ¡Vas a necesitarla!

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(¿A que ya no te parece tan difícil!? Ha ha)

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